Probablemente poca gente recuerde a Nomad, el poco carismático y nada memorable héroe de la primera entrega. En CryTek, conscientes del alarmante déficit de personalidad del protagonista, han decidido dar la vuelta a las tornas en la segunda parte, que estará liderada por Psycho.Todos los que hayan tenido la suerte de probar Crysis el año pasado si que recuerdan, en cambio, al sargento Michael Sykes -alias Psycho-, uno de los miembros del equipo de operaciones especiales que se infiltraba en la isla y que vivía un espectacular final que los aficionados a buen seguro recordarán. Como ya se ha dicho por activa y por pasiva Warhead desarrolla sus acontecimientos de forma paralela a los del primer juego, con lo cual viviremos desde el otro lado de la isla la desesperada lucha del comando contra norcoreanos y alienígenas.Warhead comienza, contrariamente a la primera entrega, con una aparatosa cinemática CGI, que nos presenta a Psycho en acción, dejándonos muy claro el nuevo corte del videojuego. La intro, repleta de tiroteos vertiginosos, explosiones y saltos acrobáticos, nos muestra al nuevo héroe en su salsa y directamente inmerso en el salvaje fragor del combate, evitando repetir el climático aunque poco espectacular descenso en paracaídas sobre la isla del Crysis original.
Desde el comienzo con la presentación, Warhead es intensidad, es ritmo implacable y acción sin respiro. Es también una experiencia más cinemática, con abundantes secuencias de video y una historia más definida; más una película de acción hollywoodiense que un videojuego sesudo y complejo como era Crysis. A muchos el nuevo corte les gustará más y a otros muchos les gustará menos, pero no hace al videojuego mejor ni peor, simplemente demuestra que en CryTek también son capaces de otro enfoque, el de “ir directos al grano”.
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